jueves, 5 de marzo de 2015

RESUMEN DE LA LEYENDA DE LOS SIETE INFANTES DE LARA


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Gonzalo Gústioz, Señor de Salas, estaba casado con doña Sancha, con quien tuvo siete hijos: los Infantes de Lara. En la celebración de las bodas entre Rodrigo Velázquez, hermano de doña Sancha conocido como Ruy Velázquez, y doña Lambra, se enfrentaron los familiares de la novia con los infantes de Lara. Durante ese enfrentamiento murió un primo de doña Lambra, a manos de Gonzalo González, “Gonzalillo”, el menor de los Siete Infantes de Lara. Gracias a la intervención del Conde de Castilla y Gonzalo Gústioz, los acontecimientos no llegaron a más.

Pasado un tiempo, Gonzalillo fue visto por doña Lambra mientras se baña en paños menores, suceso que la dama interpretó como una ofensa. Aprovechando este hecho para vengar la muerte de su primo, ordenó a su criado arrojar y manchar el menor de los Lara con un pepino relleno de sangre, para diversión de sus hermanos. Gonzalo reaccionó dando muerte al criado de doña Lambra, que había ido a refugiarse bajo la protección del manto de su señora.
Estos sucesos provocaron la sed de venganza de doña Lambra. Por ello, su marido, Ruy Velázquez, urdió un plan por el que Gonzalo fue enviado a Córdoba para entregarle una carta escrita en árabe a Almanzor, en la que se rogaba a éste que el portador fuese asesinado. Sin embargo, Almanzor se apiadó de Gonzalo y se limitó a retenerlo en la que llaman  Casa de las Cabezas.
A su vez, los siete hermanos de Lara habían sido dirigidos hacia una emboscada ante tropas musulmanas. Nuño Salido, su tutor, se enteró de la felonía de Ruy Velázquez e intentó avisar a los Infantes, pero finalmente fue asesinado junto a ellos.
En la batalla, a pesar de su valía guerrera, los Siete Infantes fueron decapitados y sus cabezas remitidas a Córdoba por órdenes de su tío, Ruy Velázquez. Allí fueron contempladas dolorosamente por su padre y más tarde, según la leyenda, fueron colgadas en los arcos de la nombrada calleja de los Arquillos, anexo de la citada Casa de las Cabezas.

Durante su cautiverio, el Señor de Salas fue aliviado por Fátima, una hermana de Almanzor, que dio a luz a un hijo llamado Mudarra. Él será el que, con el paso del tiempo y una vez conocida su verdadera historia, vengará la muerte de sus hermanos, matando a Ruy Velázquez y quemando el palacio de doña Lambra, con la vengativa señora dentro.

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