sábado, 16 de agosto de 2014

A MODO DE PRESENTACIÓN:


Desde este blogg, la Casa de las Cabezas continuará con su filosofía y compromiso de cuidar y dar a conocer aquel otro patrimonio histórico existente en la ciudad de Córdoba. Nos referimos a las Casas Señoriales de Córdoba, que en tanta cantidad y de un modo tan inmisericorde,  han desaparecido en los últimos tiempos o han sido tan maltratadas que nada queda de su esplendoroso pasado.
Así pues queremos hacer nuestro el lema que preside la portada de las llamadas antaño Casas del Duque, en la calle del mismo nombre:

NON NOBIS SED ALTEM POSTERIS, lo que traducido significa: “No para nosotros, sino para los que vienen después de nosotros”.

Para esta labor tendremos como apoyo, además de vuestros comentarios y colaboraciones, la obra del mismo título, CASAS SEÑORIALES DE CÓRDOBA que, escrita por el Notario, don Manuel Ramos Gil, en breves verá la luz en una lujosa publicación patrocinada por la Diputación de Córdoba.

Quizás entre todos consigamos hacer si cabe mas grande nuestra Ciudad, que ofrece mas cosas que la Mezquita y los patios populares. Quizás consigamos que los encargados de acometer la restauración de estos tipos de edificios conozcan "algo" sobre las técnicas, estilos y materiales que nos legaron nuestros mayores, evitándonos a todos muchos disgustos, como los que hemos padecido al ver algunos resultados que todos tenemos en la mente.
Quizás también consigamos que en aquellas restauraciones no utilicen "parches" como el metacrilato, acero inoxidable, maderas tipo IKEA, y otros materiales que, tan ajenos a nuestras casas solariegas, han sido continuamente introducido bajo el pretexto de diferenciar lo "antiguo" de lo nuevo, "cepillándose" la casa, escusa que, por lo demás, en la mayoría de las ocasiones encubre un absoluto desconocimiento de la sapiencia y de esta herencia cultural que, desde hace siglos, se fue trasmitiendo de generación en generación y que tan bruscamente se ha cortado.

Hojalá cumplamos una mínima parte de nuestros objetivos.


Casa de las Cabezas



¿COMO DENOMINAR ESTE TIPO DE VIVIENDAS?


En Córdoba, a las casas en las que residían los miembros de destacados linajes, de nunca se las llamó “palacios” pues, el noble, en sentido amplio, siempre reservó esta denominación para hacer referencia a la morada de los reyes y príncipes. Por esta razón, hasta el siglo XIX, momento en el que se generaliza el vocablo palacio, con la acepción que perdura en la actualidad, en Córdoba, utilizar este término siempre ha resultado bastante cursi e, incluso, pueblerino, por lo que, como cuestión de tradición, habría que mantener que en nuestra ciudad no ha habido nunca más palacios que los Reales Alcázares y, quizás, el Palacio Episcopal, este último, por ser la residencia de los Príncipes de la Iglesia. No obstante, incluso en este último caso, resulta evidente cómo tampoco aquel majestuoso edificio fue merecedor de tal calificativo para los cordobeses, por lo cual, durante la Baja Edad Media y parte de la Edad Moderna, fue conocido, no como Palacio Episcopal, sino, simplemente con el nombre de las Casas del Obispo.
Por estas circunstancias, los nobles, la cúpula de la Iglesia y la oligarquía en general, a lo largo de los tiempos, para referirse a sus moradas, adoptaron otras denominaciones distintas a la de palacio: Casas Principales, Casas de Morada, Casas Principales de Morada o, incluso, Casa Mayores, denominación esta última recogida en el Fuero de Córdoba de 1241, y que hacía alusión a las casas donadas en el Repartimiento a los caballeros que tomaron parte en la conquista, o posterior repoblación de Córdoba. Del mismo modo, es preciso señalar que aunque la denominación casas señoriales es de cuño reciente, a nuestro juicio, resulta correcta, por cuanto refleja el hecho de que sus moradores un día fueron titulares de algún señorío y “señores de vasallos”. De cualquier forma, se trata de una expresión que, hoy en día, ha sido asumida por la sociedad para referirse a aquellas casas que sobresalen sobre el resto del caserío sin importar realmente la nobleza y la condición señor o noble de sus propietarios.
Por último, añadimos cómo también se suele emplear, para este tipo de edificios, el término “casas solariegas”, que hacía referencia al antiguo “solar” de un determinado linaje, es decir, el núcleo en el que surgióy se estableció el tronco de una determinada familia.
Independientemente del adjetivo elegido para cualificar el sustantivo “casas”, nótese cómo este último siempre se utilizó en plural, de modo que no se empleaba la expresión “Casa Principal” o “Casa Mayor”, sino, por el contrario, “Casas Principales” o “Casas Mayores”. En tal sentido, Sebastián de Covarrubias, en sus Tesoros de la Lengua Castellana, obra de 1611 y primer diccionario del léxico castellano, a propósito del sustantivo “casa” precisaba:
Agora en lengua castellana, se toma casa por la morada y habitación fabricada con firmeza y suntuosidad; y la de los hombres ricos, llamamos en plural, las casas del señor fulano o las del Duque o Conde.

Tal utilización del plural, se mantiene hasta el siglo XVIII, momento en el que, sin embargo, en determinados documentos, comienza a utilizarse el singular de Casa Principal”. Así acontece en las declaraciones vertidas por los particulares en el llamado Catastro del Marqués de la Ensenada, redactado en nuestra ciudad por diversos escribanos cordobeses a mediados del siglo XVIII, de modo que, algunos de ellos, utilizaban la expresión en singular; otros, por el contrario, mantenían el tradicional plural e, incluso, conservaban la vieja grafía de la “doble ese” en la palabra casa (cassa).
Finalmente señalar cómo, pese a lo dicho, el vocablo "palacio" esta muy extendido durante la Baja Edad Media aunque con un significado totalmente distinto al que actualmente tiene, como tendremos ocasion de exponer en próximas entradas.